viernes, 12 de agosto de 2016

Nosotros

Como todas las mañanas, me senté en el mismo lado del autobús. Sin llegar a pensar, realmente, tu ausencia en mi lado derecho. Mis ojos se quedaron clavados en ese asiento oscuro y sucio, pero no importaba porque para mi era especial. Por momentos, notaba ráfagas de tu colonia y mi cabeza se giraba por todos los asientos del autobús con una mínima esperanza de encontrarte. Que ingenua, ¿verdad?. Aún no había asumido que habías escrito un final en esta historia y lo peor de todo, aun permanecías en mi presente. Recordaba cada minuto, desde que entrabamos hasta que salíamos del autobús. Para la gente corriente era un simple vehículo que le trasladaba hacía diferentes lugares pero para nosotros, era nuestra magia. 

6 comentarios:

  1. Que bonito y triste, sobre todo cuando ciertas nos recuerdan a esa persona especial que no cuesta olvidar, pero que ella nos ha olvidado con un simple pestañeo.
    Me ha encantado.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo contigo, triste y duro a veces.
      Muchas gracias, un abrazo!

      Eliminar
  2. Ciertos lugares se vuelven mágicos cuando tiempo atrás eran especiales para ti, creo que a todos nos ha pasado alguna vez.
    Un besito.

    ResponderEliminar
  3. Que bonito es el recuerdo y como quema por dentro al regresar a donde todo sigue como si nada hubiera pasado...

    ¡SE MUUY FELIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIZ ������!

    ResponderEliminar
  4. tu descripción es tan bella como dolorosa... a veces un lugar sigue siendo el mismo aunque nosotros no lo seamos. Y eso, duele.
    Te sigo, :)

    ResponderEliminar
  5. Hacía mucho que no pasaba por aquí.
    En cuanto a lo escrito creo que hay cosas que son especiales sólo por estar relacionado con las personas especiales.
    Saludos y te sigo.

    ResponderEliminar