lunes, 27 de enero de 2014

Todo pudo conmigo.

Empezó a llover, algo raro ya que estábamos en verano. Layan toco el claxon del coche dos veces y entonces supe que era él el del coche negro. Llevábamos tres años juntos, tres años en los cuales cuando me venía a recoger tocaba el claxon, ya se había convertido en algo monótono. Pero ese día era diferente al resto y él lo sabía. 
-Cariño, ¿qué te pasa?. -me preguntó poniendo su mano en mis piernas- ¿Has tenido un mal día?.
-No quiero hablar...
Sabía que cuando estaba cabreada por algo no quería hablar de ese tema, era una persona cerrada. 
-¿Seguro que no quieres hablar sobre el tema?- insistió.
-¿Recuerdas cuando en nuestro primer aniversario me regalaste un libro? Entre todos los regalos ese fue el que más me gustó. ¿Sabes por qué? porque tú me escuchas cuando hablo y sabes lo que me gusta. Sino fuera por ti, me hubiera perdido por el camino. Eres tú la estrella que me guía día a día. Es tu voz la que escucho todas las mañanas, ese sonido es el que me hace levantarme. -hice una pausa breve y giré la cabeza para ver si me estaba escuchando- De todos los momentos que hemos vivido me quedaría con la primera vez que escuche "¿Quieres salir conmigo?" No ese te quiero,sino esa pregunta. En ese momento me demostraste que te importaba de verdad y que a pesar de todos los obstáculos tuviste valor. 
-¿A donde quieres ir con esto? - me preguntó asustado.
No sabía como iba a reaccionar, pero lo tenía que hacer, era lo mejor para todos y seguro que él lo entendería por mucho que le costará. A pesar de haber estado felices durante mucho tiempo, no podía más. No solo yo, él también. Los dos estábamos unidos por nuestro amor, pero ese amor es el que acabó con nosotros.
No le contesté, yo seguía pensando en las cosas que nos unían y en todo lo que me había pasado en estos días y supe que no podía más. Que el mundo, ese que me había hecho feliz durante mucho tiempo, se me estaba subiendo a la chepa. 
Intenté buscar soluciones como un pájaro que huye de las nevadas pero ninguna funcionaba.
-Me estas preocupando...Sé que estos días no han sido muy buenos pero todo se solucionará. -siguió insistiendo.
Estaba harta de escuchar "todo se va a solucionar", todo el mundo te lo decía. Pero tanto él como yo sabía que sólo quedaba una solución y que era la más radical.
Así que no tuve más remedio, seguidamente le dije:
-Recuerda que te quiero. - cogí su volante y salimos disparados hacía una casa.


4 comentarios:

  1. Un vez más es un gusto empaparse en tus palabras y sentirme como tú lo haces al escribir.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Y para mi es un placer leer tu comentario.
    Muchas gracias :)

    ResponderEliminar
  3. WTF???? y me dejas así con la intriga?????
    ERES CRUEL!!!!! ¬¬ jajajaj ;P

    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí jajaja, me gusta dejar a las personas así jajaaj
      Un beso :)

      Eliminar