domingo, 25 de mayo de 2014

Día tras día.

Allí estaba posada en su cama. Estaba abrazada a una camisa, esa camisa era lo único que le quedaba de él y la conservaba a la perfección. Sus lágrimas recorrían todos los tejidos de la camisa.
Empezó a recordar con fuerza todos los momentos vividos con él. Y entonces se dio cuenta de que él era la razón por la que vivía y a pesar de que ya no estuviese a su lado, le seguía dando fuerzas. Se le empezó a hinchar la cara y los ojos empezaron a parecerse al color de las rosas, lloraba tan fuerte que no escuchaba ni sus pensamientos. 

5 comentarios:

  1. Gracias por pasarte por mi blog, ya te sigo :) Por cierto, muy buena entrada ^^

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  2. Acabo de descubrir tu blog, me quedo por aquí. ¿Te quedas tú por el mío?. Es nuevo. Gracias por tu apoyo por adelantado, siento las molestias. Significa mucho para mí.
    Un beso,
    Kayla

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    1. Me alegro de que te haya gustado, ahora me paso. Un beso

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  3. Ahora enseguida me paso, un beso :)

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