Aquella habitación me traía demasiados recuerdos. Después de tanto tiempo volvió a mi. Que justo que fuera el mismo número y la misma sala. Aunque anteriormente no había estado presente notaba su frialdad, su escasez de felicidad... pero claro, ¿qué felicidad hay ahí?. Si eres familiar estás esperando y esperando en una silla y con una ventana que no entra casi el aire. Y si eres la persona que está en la camilla... lo único que hacen son pruebas, demasiadas pruebas y a veces muy pocas conclusiones. Sólo queda esperar y desear suerte. Desear que todo sea un susto para que no vuelva a ir a la misma sala, para que por fin todo salga bien. Ahora tengo que dejar que pasé el tiempo, para que él mismo se aclare y me de soluciones.
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